Con un poco de retraso porque nuestro cronista oficial anda
missing, trato de hacer una crónica no a la altura de Miguel, pero pensando en nos recuerde lo acontecido el fin de
semana en Trevinca, para aclararnos en esos momentos en que la mente se encuentra confusa y mezcla lo ocurrido en
Trevinca con lo del Caurel o Redes.
Al final éramos 8, el número ideal de los chinos, el número del crecimiento, la suerte, riqueza
, el número de la perfección simétrica ( hay que ir adquiriendo conocimiento de
la cultura china, igual nos hace falta en un futuro, no todo va ser conocimiento de yanquilandia ).
Nos recibe Cholo, experto montañero que regenta O Trisquel. En esta ocasión visitábamos O Trisquel por segunda vez, la primera hace 7 años, solo repetíamos dos de aquella salida, guardábamos
el buen sabor de boca de la fuerte nevada.
El sábado decidimos salir muy temprano, a las 8:08:08, como los chinos.
Había el remoto deseo de ir hasta el TEixedal de Casaio, si el tiempo lo permite. El día amanece muy oscuro y la lluvia se
espera de un momento a otro. Aunque la temperatura es buena, al subir el viento se intensifica, se nota la
altura.
Ya superado el Maluro, se decide ir a Trevinca, aunque un explorador se
adentra en la ruta del Teixedal con la intención de volver pronto, mientras otro espera por él y manda seguir a los otros. Pasados unos 10 minutos, al ver que no viene, va en su busca. Ni rastro, mira por si ha recortado por encima de la montaña
y no ve a nadie, a final continua , sabiendo
que este conoce la zona , continua tras
los demás que se encuentra ahora preocupados por él
, al ver llegar a este solo. Había seguido la ruta de la “cabra
montesina” para atajar, y ya se sabe, no
hay atajo sin carajo.
Siguiendo por el
cordal de la montaña , hace acto de
presencia la niebla, acompañada de un fuerte viento que zarandea a más de uno y desanima a otros, pero el grupo decide avanzar a pesar de que alguno se queda sin la capa
que el viento en su afán de quitar peso se lleva sin avisar. Paradójicamente cerca de la cima se abren grandes claros y nos
permite disfrutar de las vistas, desde
el punto más alto de Galicia.
La vuelta se hace por el mismo sitio, empieza a llover y las recomendaciones de Cholo que no nos
aconseja bajar por el Sestil que está
lleno de vegetación y el camino medio perdido.
Como regresamos muy
temprano nos dedicamos a juegos
edificantes y de inteligencia,
organizamos una partida del “cabrón” , algunos demuestran mas habilidad
con este entretenimiento y se aplican
con gran entusiasmo, haciendo gala de buen conocedor del juego, dando golpes en
la mesa y acompañando la jugada con frases
disuasorias, otro que se
mosquea cuando alguien que le quiere ayudar y en afán le tira por la borda un buen juego, ¡para ese
viaje no hacen falta alforjas ¡.
La cena pone broche a tan duro día, en esta ocasión el cabo furriel ha conseguido unos huevos caseros auténticos, se los compra a un señor , pero solo tiene 11 huevos, y que preocupado por ese
sentido que tiene la gente del campo por lo justo y correcto, se compromete a
darnos al día siguiente el que falta. Esta culmina con unas sabrosas torrijas, con buena dosis de
canela.
El segundo día se sale un poco más tarde. Nos acercamos hasta A
Ponte, queremos hacer la ruta de las
cuatro Lagunas. Parece que no va a llover.
En A Ponte nos encontramos con un grupo de cazadores, es el primer día de caza, mal asunto. Después
de averiguar por donde van a estar cazando los dejamos preparando la comida,
cazar no sé si cazarían algo pero hambre no pasaron.
La ruta sube y después vuelve a bajar todo lo subido, para después
volver a subir de nuevo, pero el paisaje en más variado que la ruta de
Trevinca, aquí hay fragas rebosantes de
árboles.
En el alto nos vamos encontrando con las lagunas, primero la de Laceiras,
después Carrizais, y finalmente Ocelo. Aquí empieza a llover.
Siguiendo el track de la ruta, esta nos lleva en una
dirección contraria a la que parece indicar el terreno, el guía en su deseo de encontrar algún sendero que desde abajo no se ve, sube monte arriba, por medio de la maleza, y logra encontrar uno en el alto que al final lleva al anterior que han abandonado,
un poco más adelante pregunta a otro con mejor vista que le diga que pone un waypoint (información
de ayuda) de la ruta, “ campo a través” le dice el otro. Vale,
ole tu madre !!
Al final seguimos la ruta de los exploradores intuitivos
y llegamos a la “lagoa da Serpe”. Magistral el lugar, comemos rápidamente, antes de que vuelva a llover.
Volvemos de nuevo dando una pequeña vuelta para evitar la
vegetación mojada, estamos casi todos mojados y nos queremos empeorar la
situación. Llegados a un punto donde la ruta se bifurca, unos deciden seguir el
track , por una pista y los exploradores del grupo seguir la marcada, por
sendero, que parece más corta y directa, pues el pueblo se ve cerca. En esta ocasión llegan después de los primeros
con algún retraso, perdieron la ruta, pero se encontraron una
bella fragas y unas buenas setas que en la cena dimos buena cuenta de ellas.
Otra dura jornada de “cabrón
nos espera “ , y con revancha incluida.
Después de una cena rematada de nuevo con torradas,
elaboradas con los 3 huevos que nos dio el señor al vernos
( que bien pagan aquí los intereses, ¡ el huevo se ha triplicado de valor en un día
¡) y con menos canela, pues la noche anterior no parece que hiciera
mucho efecto.
El lunes tenemos reserva para visitar el parque Natural O
Invendeiro, nos acompaña un senderista
que a la vista del mal tiempo no sube a Trevinca y opta por venir con nosotros.
Después de dar mil vueltas conseguimos llegar al punto de
recepción del parque, cuando le indicamos al agente forestal la ruta que vamos
hacer este nos indica que esa está cerrada por trabajos en el parque.
Nos tenemos que conformar con 2 rutas menores, una de 8,5 km
y otra, de unos 4 Km, a la que hay que
desplazarse 14 Km por una pista en mal estado. Nos deja un
sabor amargo, tanto camino para
lo que vimos, solo grata por los animales que nos encontramos en su trayecto, ¡ incluso estamos a punto de
atropellar a un joven ejemplar de corzo ¡
Comemos allí antes de marchar. Decidimos tomar un café pasado Verín. Allí
damos por concluido el largo fin de semana, emplazándonos para el
próximo .
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