Otra vez me llaman de
la ETT para narrar la salida de Congostra. Como el tío de la ETT cuando leyó mi
anterior crónica me armo un pollo de la ostia, así que me hice un curso CCC y
quien sabe, a lo mejor me labro mi futuro, pues parece que la baja del cronista
va para rato.
Me tengo que pegar un
madrugón de la leche y encima el
tiempo estaba un poco chungo.
Me reuno con la peña en el área de descanso de la idem de
Corneira, aunque casi nadie se ha enterao donde estaba y aparcan en un ancho de
la carretera que confunden con dicha
área.
Son 21 en esta
ocasión, parece que va perdiendo fuerza los propositos del año nuevo, y que el
núcleo duro de la peña se esta resintiendo con mas bajas temporales. Al cronista oficial convertido ahora en pirata
( por lo de la pata de yeso), se ha unido ahora la mas veterana del grupo que
ha sufrido un accidente, gracias al buen
estado de las aceras de Vigo que según su alcalde son mejores que las de Río de
Janeiro, Tokyo, New York, Londres, etc y
que le ha provocado una rotura de radio que le obliga reposar por una
temporada, ello tiene daños colaterales y
no permite a su compañero sentimental tampoco acudir.
Nos dirigimos hacia
los molinos de Veronza. El camino discurre por una zona de bosque
autóctono que en partes ardió y deja un paisaje desangelado. Cerca
de los molinos la senda está
bastante húmeda y provoca algún susto al cruzar el puente de madera. Pero es la pateadora mas
dulce la que vuelve a repetir una nueva destreza que ha adquirido recientemente,
lanzarse al suelo de forma aparatosa. Afortunamente no sufrió ningún daño
de
gravedad.
La ruta transcurre
muy relajada, tanto es así que algunos
se quedan muy rezagados, entre ellos el
guía de las anteriores salidas que hoy disfruta en la retaguardia hablando con el primer rezagado que coge por banda yse olvida de todo. Otro senderista que ve que han dejado bastante distancia les quiere gastar una broma y en un cruce les pone una flecha sobre el suelo indicando la
dirección contraria, pero su olfato de
guerrillero de las COES le hace desconfiar y comprueba en su gps cual es el
correcto.
Comemos cerca de
Carballeda, como la lluvia ha hecho su aparición tratamos de refugiarnos debajo
de alguna construcción abandonada, pero un vecino muy generoso nos facilita un
local con mesa y sillas para todos. El
local peternecía al maestro del pueblo,
ahora recovertido en local social,
que aún tenía botellas de bebidas de alguna reunión anterior y que
dado el contenido se entiende, licor de bellota.
Cerramos círculo de
la ruta con la mirada puesta en la roca casi vertical que destaca sobre el
monte, Peña Corneira, pero para llegar hasta el lugar hay que pasar junto a los
coches, y como ahora llueve y la tarde esta un poco desapasible
todo el mundo se apresura a meterse en su vehículo, con lo que el guía, viendo
que las rocas van estar resbaladizas y peligrosas para subir, lo deja para mejor ocasión.
Nos anotamos a
tomar mejor una cervezas reparadora como es la costumbre. Nos acercamos hasta
Carballeda y allí encontramos un bar con zona interior tipo almacen habilitada de forma
espartana emergencias, pero dispone de conexión directa con el bar,
para ello tiene una bocina de coche de época para llamar al camarero por si
necesitas algo. Cómo no sabíamos de su uso uno del grupo la tocó a modo de
gracia y enseguida apareció el señor preguntando que mas queriamos. Resuelto el
entuerto el que toco la bocina quedó asombrado del buen oido que tenía el señor, lo que es ser un profesional.
Y sin más que contar
me largo, que me espera mi churri que tiene un mosqueo y no
se cree lo de este curre.
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