Un grupo de 7 optimistas partimos con
muchas ganas de naturaleza y aire puro . Estábamos preparados para el
frio y la lluvia y sin tener claro si podríamos ver el bosque con los
colores otoñales . Era cuestión de tiempo, debíamos esperar sólo un poco
más pero estábamos impacientes . Cenamos en el hotel Alto del Sella y
esa primera cena me hizo recordar las buenas costumbres asturianas ..
qué platos ! Imposible pasar hambre y frío !
Nos dirigimos hacia bosque Peloño en el Parque Natural de Ponga
. Nada más llegar, nos sorprendió una explosión de color espectacular .
Fue un momento increíble . Sabíamos que sólo era el comienzo .Iniciamos
el camino por una pista forestal rodeados por un bosque de árboles
autóctonos en los que destacaban las hayas que lucían sus mejores galas :
maravillosos colores ocres y dorados .
Nos desviamos para ver el
roblón de Bustiello , que como su nombre indica, era un roble centenario
digno de ver . Aprovechamos para seguir paseando por el bosque y
buscar otra ruta antes de regresar al aparcamiento. En un inmenso prado
seguimos un indicativo hacia Víboli que tenía buena pinta . Fue una gran
idea ya que tras una pequeña cuesta nos encontramos con un bonito prado
sobre las montañas y unas vistas que nos permitía ver todas las
montañas y valles del parque . Estábamos rodeados de vacas que nos
observaban y pacían tranquilamente sin inmutarse con nuestra presencia .
Seguimos un poco más atravesando un camino bastante embarrado y subimos
un pico desde el cual contemplamos la vista en 180º con sol y cielo
azul , un verdadero lujo . Dejamos el pico y nos dirigimos de nuevo
hacia la pista forestal . Durante ese camino de vuelta, las nubes
permitieron que entrasen unos rayos de sol que iluminaban las rocas
calcáreas y éstas lo devolvían como si fuese un espejo .Este efecto
unido a un pequeño chaparrón y viento produjo un hermoso arco iris y multitud de hojas flotando en el aire, lo que
provocó que los que pasábamos por allí nos parásemos para contemplar el
espectáculo .
Cuando ya regresábamos al aparcamiento, Carmen y Hermida
fueron objeto de las críticas airadas de un paisano enfadadísimo porque
las vacas habían salido espantadas al verlos llegar. Maldijo a los
senderistas por estar siempre por el medio.. y los pobres de Carmen y
Hermida se quedaron con la boca abierta en el momento y con risas cuando
todo pasó ..
Al llegar al hotel nos tomamos una sidrina y salimos a cenar a un restaurante próximo al hotel , con ganas de una buena cena.
El primer tramo fue un camino ascendente de
piedra con un primer respiro cuando alcanzamos la Vega de Orandi . Nos
encontramos con un riachuelo que desaparece bajo una cueva para brotar
en Covadonga. Era sólo el comienzo de aproximadamente 13 km de ascenso
con numerosas majadas y dolinas ( un concepto nuevo que desconocía ).
Cuando ya las fuerzas nos hacían
flaquear ( a unos más que a otros.. ) vimos que nos seguía a muy buen
ritmo un atleta asturiano que no andaba.. volaba ! Nos animó a seguir
por unas rocas que implicaba un tramo más de subida. Se animó Hermida y
el resto seguimos nuestro camino con una gran recompensa : la vista de
los lagos desde lo alto .. y sin niebla !
Seguimos nuestro camino hacia
el lago Ercina y allí comimos en la terraza del bar encantados de
disfrutar del paisaje y del tiempo : buen tiempo , sin niebla ni lluvia
.. un lujo !
La jornada había sido muy dura , más de lo esperado para mi
.Afortunadamente , decidí seguir la ruta y bajamos todos hacia
Covadonga por el Escaleru , una bajada sin luz atravesando un pequeño
tunel excavado en la roja . Al salir descendimos la colina hasta llegar a
una gran explanda donde hubo explotaciones de turba y en el que
pastaban unos caballos preciosos con un pelo que no era pelo, era
terciopelo .
Disfrutamos mucho del paisaje hasta llegar a un pequeño
tramo de carretera para después incorporarnos al camino marcado . Mis
valientes compañeros siguieron el camino pero yo no les acompañé y seguí
por la carretera hasta Covadonga .
Cuando llegué a Covadonga les
esperé , ya era de noche ,no llegaban y no llegaban ...hasta que los
empecé a ver desfilar .. qué alivio ! Me contaron que fue dura y
tuvieron que apurar mucho pero al fin estábamos todos juntos de nuevo .
Esa noche dormimos como lirones . Eso sí, las jovenzuelas del grupo
necesitamos estirar un poquito antes de bajar a desayunar ...pero sólo
nosotras . El resto del grupo estaban como rosas !!
El
domingo, después de una pequeña parada en el mercado de Cangas de Onís,
nos dirigimos a O Fuciño do Porco en Viveiro . Un paseo muy bonito
encima del mar pero un tramo de eucalipto que ya incomodaba .. Teníamos
el listón muy alto .Montse Freiría
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