Acabamos el año donde lo comenzamos, en el macizo granítico de la Sierra da Peneda, en un paisaje abrupto, pero con un horizonte alto, con grandes panorámicas.
El tiempo fue respetuoso con nosotros, eso sí, nos dio muestra de su poderío al inicio y a modo de recordatorio al término de la pateada, con un agua nieve acompañada con viento que nos vino a recordar como es la madre naturaleza cuando quiere mostrar todo su fuerza .
Acudimos 28 pateadores, con la incorporación de cuatro nuevas caras, dispuestos a disfrutar de un día que se anunciaba incierto metereológicamente, y que resulto sumamente gratificante, a pesar del estado de los senderos, pero por muy mal que estén, siempre preferimos encontrarnos con sendas llenas de agua y barro que lidiar con caminos asfaltados, el que mas y el que menos agradece la ausencia de vestigios urbanos. El norte de Portugal conserva casi virgenes sus montes, en parte por su orografía y por la escasez de núcleo urbanos, lo que le confiere la belleza de lo auténtico y natural, con vegetación autóctona y no habiendo caído en los intereses económicos de las celulosas que han invadido con especies foráneas parte de los montes gallegos.
El recorrido se hace agradable para la vista así como para los pies, pues se van alternando camino de tierra con otros de piedra, subidas con bajadas, lo que hace que se pueda dosificar bien el esfuerzo. Curiosa roca la del “Bico do Patelo”, que se mantiene en un equilibrio difícil de explicar.
Terminamos la ruta subiendo, aunque no todos, algunos prefieren los cafés reconfortantes, a los restos del castillo de Castro Laboreiro, que se erige en lo alto, camuflado y mimetizado con la montaña de rocas que conforma toda la Sierra de la Peneda.
Se regresa rápidamente para acudir a la cena de Navidad, por primera vez se decide hacerla y es que la verdad hemos de decir que ha sido un año esplendido. Mucha participación, activa y pasiva, pues se han guiado pateadas por 9 personas distintas, se han realizado 24 rutas, hemos salido 16 veces y la media por participante y la media de pateada por persona han sido las mas altas de siempre. Un buen dato que se merecía celebrar y seguir disfrutando de la compañía de aquellos que han compartido durante todo este año la misma ilusión de que hacemos gala en nuestro “ ideario” o pequeña “ declaración de intenciones” como grupo de senderismo.
La cena resulta amena, se echa en falta algún y alguna pateadora que a última hora no pueden acudir, unos por temas de salud y otros por compromiso personales, pero ello no impide que disfrutemos de la comida, la compañía y acabemos haciendo coros con la mesa contigua que celebraban que se yo.
Las pateadoras mas lentas en la montaña muestran una gran movilidad bailando cuando nos acercamos a un pub próximo para prolongar la noche, tomamos nota para que en futuras pateadas no ponga disculpas sobre la dureza del trazado. Poco a poco, como la cera de una vela, el grupo va disminuyendo, con abandonos y acaba fragmentándose, algunos prefieren salas tranquilas y otros algo más marchoso. Cuando escribo estas notas no se si algunos seguirán todavía moviendo las caderas.
Felices Navidades y a mantener la misma ilusión senderista para el año 2012.
El tiempo fue respetuoso con nosotros, eso sí, nos dio muestra de su poderío al inicio y a modo de recordatorio al término de la pateada, con un agua nieve acompañada con viento que nos vino a recordar como es la madre naturaleza cuando quiere mostrar todo su fuerza .
Acudimos 28 pateadores, con la incorporación de cuatro nuevas caras, dispuestos a disfrutar de un día que se anunciaba incierto metereológicamente, y que resulto sumamente gratificante, a pesar del estado de los senderos, pero por muy mal que estén, siempre preferimos encontrarnos con sendas llenas de agua y barro que lidiar con caminos asfaltados, el que mas y el que menos agradece la ausencia de vestigios urbanos. El norte de Portugal conserva casi virgenes sus montes, en parte por su orografía y por la escasez de núcleo urbanos, lo que le confiere la belleza de lo auténtico y natural, con vegetación autóctona y no habiendo caído en los intereses económicos de las celulosas que han invadido con especies foráneas parte de los montes gallegos.
El recorrido se hace agradable para la vista así como para los pies, pues se van alternando camino de tierra con otros de piedra, subidas con bajadas, lo que hace que se pueda dosificar bien el esfuerzo. Curiosa roca la del “Bico do Patelo”, que se mantiene en un equilibrio difícil de explicar.
Terminamos la ruta subiendo, aunque no todos, algunos prefieren los cafés reconfortantes, a los restos del castillo de Castro Laboreiro, que se erige en lo alto, camuflado y mimetizado con la montaña de rocas que conforma toda la Sierra de la Peneda.
Se regresa rápidamente para acudir a la cena de Navidad, por primera vez se decide hacerla y es que la verdad hemos de decir que ha sido un año esplendido. Mucha participación, activa y pasiva, pues se han guiado pateadas por 9 personas distintas, se han realizado 24 rutas, hemos salido 16 veces y la media por participante y la media de pateada por persona han sido las mas altas de siempre. Un buen dato que se merecía celebrar y seguir disfrutando de la compañía de aquellos que han compartido durante todo este año la misma ilusión de que hacemos gala en nuestro “ ideario” o pequeña “ declaración de intenciones” como grupo de senderismo.
La cena resulta amena, se echa en falta algún y alguna pateadora que a última hora no pueden acudir, unos por temas de salud y otros por compromiso personales, pero ello no impide que disfrutemos de la comida, la compañía y acabemos haciendo coros con la mesa contigua que celebraban que se yo.
Las pateadoras mas lentas en la montaña muestran una gran movilidad bailando cuando nos acercamos a un pub próximo para prolongar la noche, tomamos nota para que en futuras pateadas no ponga disculpas sobre la dureza del trazado. Poco a poco, como la cera de una vela, el grupo va disminuyendo, con abandonos y acaba fragmentándose, algunos prefieren salas tranquilas y otros algo más marchoso. Cuando escribo estas notas no se si algunos seguirán todavía moviendo las caderas.
Felices Navidades y a mantener la misma ilusión senderista para el año 2012.
Manu
1 comentario:
Buenas fotos, con contraluces incluidos, y mejor crónica de la pateada 128.
Felicidades para todos.
Patricia y Jorge Campos.
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