Fin de semana en O Courel
Al final, unos por las condiciones de la ruta, otros por
motivos personales, quedamos solo 8 para tan gran acontecimiento.
Llegamos el viernes
todos juntos, sincronizados
telepáticamente, al albergue de
Folgoso. Ya nos esperaba Marta que nos
había encendido la chimenea.
Una vez acomodados, el cabo furriel, que se estrenaba en el
cargo, se acuerda de que ha dejado la
mantequilla y la leche a enfriar en
casa. Rápidamente nos acercamos
al “Mercadona” de Folgoso y aunque ya está cerrado tienen la deferencia de
atender tan importante pedido. Aunque no es muy grande, tienen, como en varios puntos de la Galicia rural, de
todo : conservas, bebidas, fertilizantes, semillas, botas de agua, cosas muy necesarias …
Una vez solucionado el tema de intendencia tomamos unas cervezas en el mesón “El Balcón”
ya conocido de otras ocasiones. Las tapas son abundantes, aunque aprovechan
para liquidar existencias perecederas y ya resecas. La camarera
“o pair” del mesón, al
darle las gracias el congostreño
pesado con el “obrigao”, le
contesta un poco molesta : “ no soy portuguesa, soy
francesa “.
Después de la cena se organiza la famosa partida de “cabrón”,
en la que tanto empeño ponen algunos en destacar y que provoca tanta euforia colectiva. La
tienen que rematar antes de tiempo al
salir el coche seguridad a la pista.
Sábado día 17 :
A las 07: 30 suena el
gallo kiriko congostreño que nos acompaña a casi todas nuestras rutas de fin de
semana.
El día amanece con niebla pero las estrellas brillan por
encima de la niebla. Durante la noche ha
hecho frío y la lluvia del día anterior promete un bello paisaje.
Comenzamos la ruta
acompañados de 2 congostreños mas, que afortunadamente se ha unido a
nosotros y que desempeñaran un
importante papel. Conocen a Orlando y a
Guillermo, defensores a ultranza de
esta mágica tierra. Empezamos enfrente de la vivienda del autor
de la ruta, Orlando, al que saludamos
. En este mismo lugar se avisa de lo peligroso de la ruta.
Una congostreña parece ser que a pesar de tanto despliegue
informativo nuestro ha caído en el
síndrome de la saturación informativa,
por exceso de mensajes no se ha
enterado del nivel de exigencia de la
misma. No obstante, no se arruga, de momento ….
La ruta transcurre inicialmente por un bello trazado, pero
una vez superado el pueblo Ferreirós de Arriba sube a lo bruto, solo cuando
encuentra un obstáculo se desvía de la línea recta que parece querer trazar. El último tramo es complicado y
realmente es donde radica el peligro de la ruta. Además hay nieve y esto añade
más dificultad. Aquí hay que
moverse con seguridad y con los todos los sentidos, el vértice
rocoso está con nieve y además sopla viento con bastante fuerza.
Nuestra congostreña desinformada en este tramo queda bloqueada sin que el que va detrás la
pueda ayudar , pues no hay espacio para dos. Afortunadamente nuestro “Coloso Montesino”, siempre atento par a ayudar a los demás, se da cuenta de la situación y baja rápidamente para ayudarla a librar
dicho paso tan peligroso.
Una vez alcanzado el mirador del monte dos Bois ( ¿Penaboa?)
se aprovecha para recuperar fuerzas , y dejar un recuerdo fugaz de nuestro
paso, un congostriño de nieve.
Seguimos cresteando, la nieve nos impide avanzar a la
velocidad de crucero prevista. Nos encontramos
una perra cazadora perdida en la nieve que adoptamos temporalmente. Nos
acompañará hasta el término de la ruta. La dejamos en Ferreirós de Abaixo.
Como el tiempo es
muy justo , dejamos la ruta prevista e improvisamos otra y nueva, no subimos al
Formigueiros y bajamos hasta la “Fonte do Cervo”. Seguimos hasta el mirador de Polín, ya dentro de la ruta prevista
inicialmente.
Desde allí, camino de Ferreirós de Arriba, es cuando nuestro
guía , en contacto con Orlando, introduce una variante que apenas es conocida.
Una bajada “especial” que nos comunicará directamente con Ferreirós de Abaixo
sin necesidad de ir por pistas hasta Ferreirós de Arriba. Una gozada, un tramo bellísimo que enlaza con el camino
real que une Ferreirós de Abaixo con Seoane. Solo que algunos pasos son
técnicos y nuestra congostreña con miedo
a las rutas aéreas debió maldecir. En menos de lo que canta un gallo se
produce una metamorfosis y se convirtió
en la “mujer lapa “ pasando con la misma rapidez a la “mujer reptil”, no había forma de hacerla soltar las manos
de las rocas ni que levanta un poco las posaderas del suelo. Sus pantalones dan muestra de ello. Gracias a la gran ayuda física y psicológica
de nuestro guía que la llevó de palmitas consiguió superar la prueba.
Cenamos en Paderne, dándonos un homenaje a las alturas de
tan importante ruta. Embutido variado, caldo, jabalí con castañas, postres,
café y de regalo unos chupitos anti “esponjillas”, parece ser que eran para
evitar aumentar el índice alcohólico de los comensales.
Esta noche no hay partida, todos andan cansados, hasta el
gallo kiriko, que se ve sorprendido por
una congostreña ansiosa por levantarse y que nos
roba 2 minutos de plácido descanso..
Domingo 18 :
El domingo amanece con buen tiempo, aunque más frío, apenas queda huella de la nieve, solo en las
partes altas de las montañas.
En el pequeño bosque que
crece alrededor del regato de “ A Rogueira”, último reducto de
los importantes bosques que cubrieron gran parte de Galicia, de
gran biodiversidad botánica : hayas, abedules, tejos, serbal del
cazador, acebos, avellanos, robles,
encinas, quejigos, fresnos, castaños, y
variedad de plantas, como arándanos,
orquídeas, menta, tomillo, etc, fruto
de la confluencia de climas, la
eurosiberiana atlántica y la mediterránea, viven gran variedad de animales :
zorros, corzos, lobos, jabalíes, ginetas, tejones, liebres, conejos,
ardillas, martas, armiños, perdices y búhos, etc. . En esta selva de árboles y arbustos
tienen su refugio y medio de vida.
Hoy sin embargo
su tranquilidad se ha visto quebrantada
por los alborozos de 12
visitantes , los 8 congostreños y 4
nuevos venidos de las tierras de Lucus Augusti, que penetran dentro del bosque realizando una disección
del mismo, de norte a sur, hasta la “fonte do Cervo”. No logran encontrar rastro de tan variada
fauna, solo las marcas de algún corzo que el frío de la noche ha dejado grabado
en la nieve, así como la de algún canino ( perro o lobo ¿) que debió seguir su
rastro.
Una vez llegado hasta
el punto del día anterior realizan una disección lateral de la “Devesa” que tantas veces se ha recorrido y no por
ello no dejan de sorprender. Los restos de nieve hacen resaltar los frutos
rojos de los serbales desnudos de hojas.
Uno de los congostreños no deja de repetir
el valor de dicho bosque, así de llamar la atención de una congostreña
que no había visitado el bosque .
Bajan desde alto del Couto hacia la aldea abandonada de
Moreda Mayor terminando lo que parece
ser un circo romano, contemplando toda la extensión del bosque, apena s 200
hectáreas, pero de incalculable valor
ecológico. Sería una pena que los esfuerzos de los defensores de estas
tierras que luchan contra el intento
de aprovechamiento irracional del Caurel quedara
en nada.
Para rematar la mañana se acercan hasta Seoane para comer algo. En el establecimiento que han encargado los bocatas, la cocinera, que no suele tener tanta avalancha de clientes hambrientos y sedientos, se lo toma con calma y se encierra en la
cocina, mientras un señor en la barra saborea un cubata.
Va trayendo los
enormes bocadillos uno a uno y es necesario que cuando ya va por el quinto
bocata, un congostreño sediento,
se acerque hasta la cocina y le reclame la bebida. Otro más precavido ha
ido al coche a buscar la que traía él. Entonces la cocinera, mujer de carácter, llama al del cubata, que es su marido y lo
pone a currar, este va poniendo las cervezas que le pedimos de forma fácil
: una con gaseosa, otra con poca
gaseosa, otra con más cerveza que gaseosa, otra de botella, mejor si es 1900, a
mí una caña, .. chupao para el camarero. La mujer, como
sabe quien tiene en casa, rápidamente sale a tomar nota bajo la excusa
de que su marido no se acuerda después de lo que puso.
Después de saborear y dar cuenta de los bocadillos.
Aprovechan para acabar con las existencias de miel. A la pregunta de un
congostreño por saber de qué es la miel, la cocinera le responde “ de abejas " , al intentar saber de que tipo de flor, ella responde que de todas.
Se despiden animosamente.
El fin de semana ha sido grandioso. El tiempo y el paisaje ha inundado
de buenas vibraciones al grupo.
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