CRÓNICA PATEADA 253


Ruta Montaña Sagrada, (Montaria-Arga-Portugal) 17/11/2018
Nos encontramos en São Lourenço da Montaria, una freguesia de Viana do Castelo, situada en las faldas de la Sierra de Arga. Aparcamos delante de su iglesia, un bonito edificio del periodo de transito del manierismo al barroco. Lucía un estado perfecto, un tejado recién cambiado y paredes con un blanco impoluto.

Algunos congostreños hubo que arrancarlos del Minimercado (tienda-bar) para poder salir antes de las diez y media. Habíamos recorrido pocos metros de una calle empedrada, cuando encontramos la primera fuente azulejada con una imagen de la Virgen, reflejo de la alta religiosidad portuguesa, pero aun teníamos agua y no paramos.

Pronto tomamos altura por un sendero empedrado de grandes rocas, tanto el camino como el paisaje. Nos encontramos con una bifurcación pero solo uno se dirigió al “Foso do lobo” durante un buen trecho para volver al redil, el resto van a Santa Justa. La vegetación de toda la zona que alcanza la vista, fue sustituida por piedras de todos los tamaños y formas. Solo algunos tojos lograban abrirse camino entre las rocas.

Habíamos ascendido piedra a piedra, unos cuatro kilómetros cuando nos topamos con una edificación totalmente amurallada, unos decían que era un centro de interpretación, otros que unos garajes con puerta corredera, pero lo cierto es que eran unos  “Quartéis de Santa Xusta”. Sus puertas estaban cerradas, pero había una mesa fuera del local, dentro de las murallas, esta mesa la utilizamos para tomarnos el plátano descansados.

Mientras dábamos cuenta de la fruta, entran dos ciclistas portugueses. No sabemos si venían a curiosear la finca, igual que nosotros, o cotilleando qué estábamos haciendo nosotros allí. Un congostreño entabla conversación apartados del grupo, pero no revela sus conclusiones.

Salimos hacia la izquierda, pero a pocos metros cambiamos el sentido, subiendo un camino que parecía un viacrucis. Era un camino con muchas cruces de piedra, clavadas en los bordes del camino. Conectamos otra vez con el sendero del “Minho” que nos lleva a una pequeña población a los pies de la montaña, llamada Cerquido. Desde aquí, por una calle llamada “das Pedrinhas Brancas” volvemos a subir hasta la cima, donde se encuentra un lugar de culto que llaman “Confraria de Nossa Senhora Conceiçao do Minho”. Este lugar levanta varias edificaciones con distintos objetivos, el más destacado es su iglesia. En el soportal de la iglesia, nos tomamos el bocata para tapar el frío viento. Gesta inútil, pues pillamos un buen catarrito.

Salimos por el sendero para vehículos, para bajar por un sendero empedrado, pero esta vez eran más pequeñas y sueltas. Este sendero nos lleva por el parque eólico de Arga. En el borde del camino, nos encontramos una piedra con un surco, como si fuese un mini trono. Clavado a su lado, pusieron un letrero que decía: “Pedra dos Templarios”. Con el frío que hacía, seguro que se daban cabezazos contra esa piedra para entrar en calor y templarse.

Ahora toca bajar por un sendero entre tojos y caminos encharcados hasta los coches.

Las cervezas se prometen en Vilanova, pero no sé qué pasó que nos vimos en la autopista derechitos a casa ( 1). ¡Más vale pájaro en mano… que una promesa de cerveza!



Desde aquí, sin abrazos ni besos
cada mochuelo a su olivo,
¡Hasta la próxima! Agur…


(1)   Moraleja : Se pueden  utilizar  las nuevas tecnologías,  pero usándolas adecuadamente.
Hay que saber que los GPS de Google llevan comisión por las autopistas, nos hizo andar mas kms y encima nos dejó sin cervezas.

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