CRÓNICA RUTA CATASÓS



13/06/2020 – Fraga Catasós


Salimos por asfalto cruzando un pueblecito, pasadas las diez de la mañana. Un espantapájaros nos saludaba desde el centro de un terreno de labradío, era una cruz de madera clavada en el suelo y vestida con un mono de trabajo.Por cabeza tenía un casco rojo de motorista. El mensaje era claro para los pájaros: “no te comas el grano que soy Fernando Alonso (desgarbado y sin cuello) y corro más que tú y si no me falla el coche, te pillo te agarro por el gaznate y devuelves lo comido”. ¡Claro, como él no tiene cuello!


Caminamos en dirección a Sanguiñedo por senderos cargados de maleza. A pesar de coincidir con el Camino de Santiago.


Sobre las dos, al llegar a un pueblecito, amenazaba lluvia, así que aprovechando una pequeña construcción con soportal, nos tomamos el bocadillo.Era temprano pero por si no había otro lugar más seco en el camino. Como no cabíamos todos, los más dulces se sentaron en un parque de enfrente bajo las gotas de un gran roble, para luego atacar con los pastelitos.


Mientras preparábamos los bártulos para comer, un vecino salía a tirar a un contenedor algo que carece de interés, porque solo era una excusa para venir a contarnos su vida y a preguntar por la nuestra. El buen señor estuvo en el extranjero y ahora estaba jubilado en su pueblo. Ni en el extranjero ni en el pueblo debía poder contar sus batallitas, así que cuando detectaba algún indefenso, cogía cualquier tontería y la tiraba en el contenedor, mientras tanteaba el terreno.


Tomamos el sendero de “A Fraga de Quiroga” para hacerle una visita a una loncha de tronco donde se le marcaban los anillos de crecimiento. Parece ser que tenía antes de que lo cortaran, doscientos setenta años. Lo di por correcto para no contarlos.


Sobre las cuatro y media, ya estábamos de regreso en los coches.


Esta vez sí encontramos un bar donde tomarnos las cañitas, en el café concierto, Vagalume, en Salvatierra. Eso sí, con la distancia de seguridad entre personas, no entre la caña y persona. Tanta era la distancia, que alguno acabó sentándose en el palco.

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