Lobios – (Ourense) 03/10/2020.
Salimos
de un recinto a los pies del balneario, volvemos a serdiecisiete bípedos y un
cuadrúpedo.
Nos
dirigimos al Caldo pasando por delante del balneario. Dicho así podría parecer
que íbamos a llorar a Cangas. Tengo entendido que las plañideras de ese lugar,
recibían una taza de caldo por soltar unas lágrimas en los velatorios, por eso
se populariza la frase “a chorar a Cangas”.
El
rótulo nos indica que vamos en dirección a “aquisoriginis” o MANSIO
ROMANA.Pronto comenzamos a subir, teníamos la vista fija en un regato de agua
que desciende precipitadamente por un surco entre rocas, como con prisa por ir
al Caldo. Se trata de la cascada Corga
da Fecha.
El
nombre “Corga da Fecha” proviene de las palabras “corga” que significa abertura
hecha por el cauce de pequeños riachuelos y “fecha” que es una pequeña cantidad
de agua que se bebe de un trago, no
confundirlo con un periodo de tiempo; si se juntan las dos se obtiene su
nombre.
Debía
ser considerado el bonito del lugar, ya que había varios miradores a lo largo
de la subida, miradores que se aprovecharon para fotografiar a la cascada como
si de una modelo se tratase. Cada mirador, ofrecía una postura diferente de la
misma imagen.
A
medida que se sube se puede contemplar como el río actuó de parapeto contra el
último incendio. Quemado a un lado y verde a otro.
En unas piedras lavadas del camino, nos sentamos para tomarnos el plátano. Ya eran las doce y ya tocaba. Cuando terminamos y ya estábamos de camino, suena un ring, ring, ese sonido evoca en alguno viejos recuerdos que hace retroceder la vista diciendo: “pensei que traías o teléfono fixo no bolsillo”. Era el teléfono de “bisagra” de un nostálgico.¿Sería por lo que le abultaba? Imagínate que sacase el teléfono negro de la repisa y con el cable colgando por el camino, haciendo girar la ruedita con agujeros numerados donde había que meter el dedo índice y hacerlo girar. Supongo que por un susto así, los argentinos contestan: “buenóoo” en vez de diga.
Fuimos
subiendo montaña arriba hasta llegar a la “Cabaniña do Curro”.Su aspecto
recuerda a un túmulo antiguo.(El curro era un lugar al descubierto y cercado
donde se encerraban las caballerías para marcarlas).
Poco
más arriba también vemos un camino que hace de frontera entre lo quemado y lo
salvado.
En
un lugar del camino, un congostreño se encontraba Frente a un rótulo. Leía en
voz alta, la historia que hablaba de la fosilización de la vía bajo la carretera.
Se quedó solo, los que pasaban pensaban que estaba rezando a un santo fosilizado.
Seguramente hacía referencia a la Vía Romana.
Mientras
subíamos, nos sorprenden unos fosforescentes ciclistas que derrapaban en el
cambio de dirección. Íbamos en busca del Camino Natural o Camino Romano que transcurría
entre Portela do Home y Santa Comba de
Bande, atravesando por Portugal y España.
Sobre
las dos y media, llegamos al puesto fronterizo de Portela do Home. Nos
disponíamos a tomar asiento para comer los bocatas en un decrépito edificio.
Había tenido sus años de gloria, era el puesto fronterizo español en la zona.
Con el bocata en la mano, escuchamos una voz que venía desde Portugal: “está
aberto”. Se refería al bar en el que habían convertido el puesto
fronterizo.“Hay cervezas”,cruzamos la raya y nos acomodamos en las sillas de la
terraza del bar portugués, guardando las distancias claro.
La
parte española estaba abandonada y llena de pintadas, en cambio la portuguesa
gozaba de buena salud. Había clientes de los dos lados de la frontera.
Después
de unos pasos, llegamos a lo que parecía un campo santo, pero eran unos
miliarios. Se trata de unos postes grabados a cincel con la numeración de la
distancia entre postes, que se colocaba en el borde de las calzadas romanas
para señalar las distancias cada mil “passus”,Eran los cuenta kilómetros de
nuestras autopistas.
Descendemos
por la Vía Romana. Había partes que estaban recién adoquinadas y otras no.
Llegamos a los coches por la orilla del Río Caldo. Algún curioso metió la mano
en la salida del agua y comentaba que estaba a gran temperatura.
Después de acondicionarnos en los coches, fuimos a ver unas construcciones romanas, para ver si podíamos comprar un buen pisito, pero si aún estaban con las cimentaciones desde entonces ¿Cuándo terminarían la obra?
Esta vez no hay cervezas , se las bebió todas el covid-19.
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